Siendo la síntesis de tradiciones religiosas mesoamericanas anteriores, la religión azteca representó la unificación en las creencias de diversas culturas.
Desde un principio los aztecas tenían a Huitzilopochtli como deidad principal, pero a medida que se apoderaron del Valle de México, incorporaron a su religión dioses de otros pueblos como Quetzalcóatl, Tláloc y Tezcatlipoca.
La ciudad de Tenochtitlán constituyó el eje de la religión azteca, donde en majestuosos templos realizaban sus ceremonias.
Características de la religión azteca.
La religión de los aztecas era politeísta, y fundamentaba la base de todo cuanto existía o sucedía en la tierra.
De acuerdo a ello, entre los dioses, la naturaleza y el hombre había una interconexión espiritual.
Así, los dioses representaban un cuerpo celeste asociados a una actividad cotidiana o a un fenómeno natural.
Los aztecas creían que sus deidades permanecían en una constante lucha contra la oscuridad, y cuando el sol se apagara se acabaría el mundo.
Por esta razón y con la finalidad de de ayudar a los dioses a mantener la luz, realizaban sacrificios que consistían en extraer el corazón vivo humano como ofrenda
También creían en la vida después de la muerte, por consiguiente, aquellos que morían lucharían contra la oscuridad.
El calendario azteca jugo un papel importante en las actividades religiosas.
Dioses de la religión azteca.
Entre las principales deidades de la religión de los aztecas se encuentran:
- Huitzilopochtli: era el principal dios azteca que representaba el sol y estaba relacionado con la guerra, conquistas y sacrificios.
- Tezcatlipoca: encarnaba el destino de los aztecas, la noche y principal oponente de Quetzalcóatl.
- Quetzalcóatl: el padre de los toltecas adoptado por los aztecas, relacionado con venus, la vida, los vientos y la sabiduría.
- Tláloc: la divinidad de la lluvia y la fertilidad de la agricultura, uno de los más temidos cuando enviaba tormentas.